Emblanco

Hoy vengo con un plato muy malagueño, sabroso y  sobretodo muy típico cuando lo hacemos con jureles.
Este plato surge a finales del siglo xv, durante la expulsión de los sefardíes de España. Era un caldo que se preparaba con cebollas, puerros, zanahoria, calabaza y ajos. Se añadía agua y un chorreón de aceite. Más tarde se le agregaba marisco y pescadilla. Se apartaban las verduras, el marisco, el pescado y el caldo se lo daban a los sefardíes. Ellos le ponían zumo de naranjas amargas.
Con la llegada de las verduras americanas el caldillo evolucionó hasta el emblanco que conocemos actualmente. La única diferencia era la naranja que utilizaban, en lugar del limón que utilizamos nosotros.

Hoy en día lo preparamos con bacalao, merluza, rosada, jureles...
Es un plato muy sabroso, sencillo y económico, según el tipo de pescado que elijamos. Si tenemos el estómago revuelto, se suele preparar, es lo que apetece cuando se tiene problemas con el estómago.
Para los bebés se prepara mucho, de hecho mi madre lo prepara todas las semanas para mi niño.
Y ¡¡cómo le gusta!!!
Para los bebés, además de los ingredientes habituales, le ponemos zanahoria. Si tienen la barriguita mala, le cocemos unos granitos de arroz.


Ingredientes:

Bacalao
patatas
1 pimiento verde
1 cebolla pequeña
1 tomate  
1 limón
perejil
1 ajo
aceite de oliva virgen


PREPARACIÓN:


Ponemos las patatas a trocitos, cubrimos de agua y añadimos un chorrito de aceite. Seguido añadimos el pimiento limpio de semillas, la cebolla, el tomate y el ajo, todo entero. No hace falta que lo piquemos en trozos más pequeños. Ponemos un manojito de perejil y un poquito de sal.
Cuando están blanditas la patatas, añadimos el bacalao. Y ahora es cuando viene para mí lo más importante, por el sabor que le da. En un vasito ponemos un chorrito de aceite y el zumo de un limón, emulsionamos y añadimos al emblanco.
Esto es lo que le da nombre a esta sopa, porque al añadir el limón se pone el caldo blanquito.
Mucho más bonito el nombre "emblanco", que el que se utilizaba hace siglos. Por ello he omitido el nombre, aunque... ésa es la historia.

 Como en este caso el pescado que hemos elegido ha sido bacalao, pues comprobamos que esté bien de sal, pero seguramente no le hará falta. Le quitamos el manojo de perejil para que no se desmenuce, porque a mí no me gusta, no por otra cosa.

¡¡Y listo para servir!!! este plato sencillo, con tanta historia y con un sabor tan especial.

Albahaca

La albahaca es una hierba anual, aromática y originaria de oriente. La podemos sembrar en primavera. Existen más de cuarentas variedades. Es una planta que necesita sol, pero en sitios muy calurosos, necesita que la tierra esté húmeda y estar a la sombra.
Según la zona, puede ser más fuerte como en la India, o algo más suave como en Europa.
Las hojas frescas las podemos conservar varios días en la nevera, en una bolsa de plástico. Si la colocamos en papel absorbente mojado, nos durará más tiempo.

La podemos utilizar fresca o seca para pasta, ensaladas, carnes, verduras, salsas...

Si tienes en casa una maceta de albahaca, pódala de vez en cuando para que no florezca porque le traspasa un sabor anisado a toda la planta.

Es una planta que favorece la digestión. Para los vómitos, la hernia de hiato,  podemos hacer una infusión de hojas frescas con agua, cinco minutos y dejamos reposar al menos diez minutos.
Nos puede ayudar con ese problema tan desagradable, que es la alitosis, llagas, inflamaciones de la boca, con la misma infusión de antes pero con hojas secas, en este caso nos enjuagamos con la infusión y haremos gárgaras.
La podemos utilizar para ahuyentar a los insectos, parece ser que les desagrada el olor que desprenden las hojas.

 Parece ser que se puede utilizar para la caída del cabello. Con una infusión de hojas secas hacemos un tónico que mediante un masaje lo aplicamos en el cuero cabelludo.

También os puede ayudar para abrir el apetito. Os digo, os puede ayudar porque a mí no me hace ni chispa de falta. La comida por desgracia para mí, siempre es bienvenida. Antes no tenía problemas porque hacía mucho deporte, además de trabajar haciendo deporte. Pero ahora, apenas puedo hacerlo, así que ya sabemos las consecuencias. Bueno, espero que os ayude a los que tengáis  problemas con la comida. Eso sí, para los niños no es recomendable.

¡¡Espero que os haya servido esta entrada!! Saludos.

Empanadillas de atún

Hoy tocaba para el almuerzo, unas empanadillas, pero no unas cualquiera ¡¡Las de mi madre!!! Que son las que hacemos todas, pero mi madre le da un toque buenísimo.
Esta es una de las recetas que las hago igual que mi madre y de sabor son iguales, pero hace tiempo que nos las hacía. Porque me reventó una de ellas  mientras las preparaba y me quemé la mano enterita, ¡¡le cogí miedo!!
Eso me pasó por no hacerle caso a mi madre. Me dijo que no llenara del todo las empanadillas y yo no puse más porque no cabía. Se rompió la masa mientras las freía, saltó el huevo y pobrecita mi mano.....
Así que mucho mejor comer las que hace mamá.



Ingredientes:

Masa de empanadillas grandes La Cocinera
3 huevos
2 latas de atún en aceite
tomate frito
aceite de oliva virgen
ajo granulado
orégano


PREPARACIÓN:

Lo primero que hacemos es cocer los huevos. Una vez que los tenemos hechos, los desmenuzamos y añadimos el atún sin el aceite, una pizca de ajo y orégano, y por último ponemos un poquito de tomate.

Una vez que tenemos el relleno hecho, nos ponemos manos a la obra. En una masa de empanadillas ponemos una cucharadita de relleno, ni mucho ni poco. Para que no os pase como a mí y se os rompan. Y con poco, tampoco, porque no tiene gracia.
Bueno, ahora con la yema del dedo mojada en un vasito de agua que tendremos preparado, mojamos el borde de la empanadilla.
La cerramos y si queremos que queden más bonitas, con los dientes del tenedor vamos marcando el borde.
Una vez que las tenemos todas hechas, ponemos una sartén con aceite de oliva a temperatura alta y freímos las empanadillas.

También las podemos hacer al horno, pintadas con huevo. Pero a mí, me encantan fritas.

Es una receta muy sencilla y que casi todo el mundo conoce, pero con el toquecillo de Los pucheritos de Inma, os sabrán diferentes.


Buenas noches, y ¡¡¡hasta mañana!!!

Puchero

¡¡¡Qué cosa más rica!!!
Esta receta consiste en un guiso principalmente de caldo. Se obtiene de la cocción de carne de ternera o cerdo, pollo o gallina, costillas, huesos y manteca salada. También se le pone garbanzos, patatas y verduras.

Es un plato originario de Andalucía, era comida de pobres, de la que se aprovecha todo.


Ingredientes:

1 pechuga de pollo
1 trozo de cabezal de cerdo
1 trozo de costillas de cerdo
1 trozo de panceta salada
1 trozo de tocino
1 hueso salado
1 manteca salada
garbanzos
puerro
patatas
zanahoria
nabo
hinojo


PREPARACIÓN:


Lo primero que hacemos, el día anterior es poner los garbanzos en remojo, sólo con agua.
Ponemos todos los ingredientes en una olla exprés menos las patatas. Los huesos salados , la manteca y las costillas saladas, las lavamos antes de agregar para quitar el exceso de sal. Cuando hierva, despumamos y agregamos las patatas. Cerramos la olla y una vez que empiece a pitar dejamos unos 30 minutos. Si los garbanzos o la carne estuvieran duros, los dejamos un poquito más.

Si se ha quedado corto de caldo, podemos agregar agua templada. Al final probamos, y si hiciera falta rectificamos de sal.

De esta receta podemos hacer varios platos como sopa con arroz, sopa con fideos, ropa vieja, la pringá ¡¡que me gusta tanto!!!, croquetas con la carne que nos quede, sopa con pan del día anterior. Sopa de picadillo, con jamón serrano, pollo desmenuzado,  huevo duro picado, pan frito.... ¡¡qué bueno!!....

             Esta es la sopita de pan,

 

tan sencillo como cortar pan del día anterior, ponerlo en el plato y añadirle caldo, con pollo, garbanzos... o simplemente pan y caldo. Lo que no puede faltar es una ramita de hierbabuena al final, le da un sabor buenísimo.

A mí lo que más me gusta es comerme la pringá con las patatas y los garbanzos. Esto es muy antiguo, incluso hay gente que ni lo conoce, sobretodo gente joven. En mi casa lo comía mi Padre. Y mi hermano pequeño y yo, también lo hacemos. Pero yo, el primer día siempre como la pringá. ¡¡No hay cosa que me guste más!!! Ponemos las patatas y los garbanzos y los machacamos con un tenedor. Agregamos carne de pollo y cerdo desmenuzada. Un poquito de tocino, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un poquito de sal.
¡¡¡Cómo me gusta!!! Es verdad que todos los día no podemos comernos un plato así. ¡¡¡Pero qué bueno está!!!

Más adelante os traeré las croquetas que prepara mi madre. El día que las hace, no falta nadie a comer. ¡¡¡Están riquísimas!!!

¡¡¡Que tengan un buen día!!!