Quería que esta primera entrada en el blog, dedicada a los establecimientos dónde recrearnos con el paladar, fuera especial.
Como malagueña que me siento por los cuatro costados, no podia ser otro que el archiconocido mundialmente
¡¡El Pimpi!!
Un lugar cargado de historia a la sombra de La Alcazaba.
¡¡No se puede pedir más!!
Este establecimiento abrió sus puertas en 1971, en un precioso y antiguo caserón del siglo XVIII. Un espacio donde disfrutar de su bodega y de la comida tradional malagueña.
Su nombre, El Pimpi, viene dado del personaje popular malagueño, que se encargaba de ayudar a las tripulaciones y pasajeros que llegaban al puerto de la capital. Eso llevó a que fueran los primeros guías de Málaga.
Su decoración centenaria no dejará de sorprenderte.
¡¡Palpita a Málaga por cada uno de sus rincones!!
Cualquiera de sus salas o terraza, te cautivará. Personalmente, tengo especial predilección por la sala tertulias de Antonio Gala. Donde en mis años mozos he disfrutasdo celebrando la Feria de Málaga. Bailando, riendo y bebiendo mi vinito....
¡¡mi copita de Florestel!!
El otro espacio que me gusta, es la terraza donde gozo de la belleza de sus vistas arqueológicas.
Diez siglos de historia nos contemplan desde lo alto... ¡¡la gran Alcazaba!!
A nuestros piés, son dieciocho siglos de Teatro Romano.
Y no podía faltar, los rayos del sol que calientan mi alma.
¡¡Qué bonita eres Málaga!!
Parece que estoy en el Olimpo tomando néctar y ambrosía.
Sol, plato de ibéricos y mi copita vino dulce. ¿Os apetece?
¡¡Va por ustedes!!
Como lo prometido es deuda...
Esta entrada va dedicada al mejor camarero del Pimpi, Miguel Angel Caro.
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